Un niño de cinco años, una niña de seis y un joven de 16 fueron ayer de nuevo víctimas de la aviación israelí en la ciudad de Gaza. Dos misiles lanzados por un avión no tripulado sobre un coche en el que se desplazaban milicianos del brazo armado de Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, no alcanzó a los activistas, que lograron saltar a tiempo del vehículo. Mató, sin embargo, a los tres menores e hirió a otra decena de civiles, la mayoría niños. La zona estaba, en el momento del ataque, llena de menores.
Hace menos de dos semanas, el Ejército israelí mató a buena parte de una familia que pasaba la tarde en una playa del norte de la franja. Sobrevivieron una niña de 12 años y dos de sus hermanos, que se encuentran hospitalizados graves. Dos días después, en otro ataque en Gaza perecieron dos milicianos y siete transeúntes.
Es previsible que sea sólo el comienzo de la enésima ronda de devastadores ataques sobre Gaza, en los que perecen con mucha frecuencia civiles que nada tienen que ver con las milicias. El lanzamiento de cohetes, sobre todo contra la ciudad israelí de Sderot, lugar de residencia del ministro de Defensa, Amir Peretz, ha llevado al alcalde y a la extrema derecha a exigir las más duras represalias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de junio de 2006