Michael Owen, delantero inglés, ya no está en Alemania. La rodilla derecha, que giró sobre sí misma hasta romperle el ligamento cruzado anterior durante el Inglaterra-Suecia del martes (2-2), tiene la culpa. Owen viajó ayer a Inglaterra vestido con el chándal de su selección y apoyado en muletas. Nadie, ni los médicos de la selección ni los del Newcastle, su club, se atreven a aventurar el tiempo que estará de baja. La prensa inglesa, sin embargo, ya ha dado un plazo: cinco meses.
"Ahora mi principal objetivo es ponerme en forma lo más rápido posible", dijo el ex madridista, de 26 años. "Me vuelvo a casa para trabajar con los médicos del Newcastle y decidir un programa de recuperación", continuó. "Siento muchísimo dejar a mis colegas del equipo, aunque estoy convencido de que tendrán éxito en el torneo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de junio de 2006