La inversión continúa tanteando sus posibilidades a medio plazo dentro de una coyuntura cuyas variables tienden a estabilizarse dentro de lo posible.
Las temidas subidas de los tipos de interés parece que llegarán pausadamente y, sobre todo, a su debido tiempo, mientras que el precio del petróleo ha encontrado algunos obstáculos para superar los últimos máximos. Nada nuevo, pero al menos nada empeora. Con estas premisas, los mercados se mueven con algo más de soltura, pero sin que el nivel del negocio indique que se asumen nuevos riesgos, sin duda porque de lo que se trata en estos momentos es de adaptarse a una situación inestable con unos precios medios razonablemente altos.
El Ibex 35 consiguió subir el 0,81% y ya se encuentra otra vez por encima de los 11.200 puntos, justo en un momento en el que los mercados de deuda registran una razonable presión al alza en sus rentabilidades.
El bono español a 10 años alcanzaba ayer una rentabilidad del 4,06%, lo que supone una subida de 13 puntos básicos, centésimas, sobre los datos del pasado viernes, en una clara apuesta por una próxima subida de los tipos de interés que, sin lugar a dudas, la renta variable ya ha descontado en las semanas anteriores.
Los indicadores económicos del día se concentraron en Estados Unidos apuntando hacia un relativo enfriamiento que podría retrasar cualquier decisión sobre tipos de interés. Los indicadores adelantados bajaron en mayo más de lo esperado y las peticiones semanales de subsidio de desempleo crecieron más de lo estimado, lo que mantenía a la baja a la Bolsa de Nueva York.
La contratación en el Mercado Continuo sigue dejando entrever que la confianza en la actual coyuntura es más que relativa, por más que algunos precios sean muy atractivos. En total se negociaron 3.622,01 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de junio de 2006