La Junta de Fiscales de Sala del Tribunal Supremo acordó ayer dotar de más atribuciones a la fiscalía especial Anticorrupción para mejorar su eficacia en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, y adecuar su funcionamiento a la realidad actual y al impacto económico de los delitos cometidos por estas organizaciones criminales.
Anticorrupción podrá asumir así la investigación de asuntos en los que puedan haberse cometido, entre otros, delitos contra la Hacienda Pública, contra la Seguridad Social, delitos relativos a la propiedad intelectual e industrial, al mercado y a los consumidores, y delitos de corrupción en transacciones comerciales internacionales.
La Fiscalía Anticorrupción, que dirige el fiscal Antonio Salinas será competente para combatir la delincuencia organizada, es decir, la integrada por una pluralidad de personas, que tienen una estructura jerárquica y división funcional, con vocación de cierta permanencia temporal y que actúan concertadamente.
Los fiscales delegados de Anticorrupción asumirán las investigaciones relativas a los grupos organizados que desarrollan su actividad delictiva en los ámbitos de las respectivas fiscalías de su territorio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de junio de 2006