Llevo viajando con Renfe desde hace más de cuatro años entre Madrid y Badajoz con una frecuencia quincenal, tiempo y frecuencia que llevo quejándome de sus servicios, primero por aquel Talgo que nos traía de regreso a Madrid por la tarde en unas condiciones de mantenimiento e higiene propias de un país tercermundista (¿seguro que no lo somos?).
Lo cambiaron por uno nuevo pero regional, adecuado para un viaje de dos horas como máximo, pero que para las seis reales del viaje resulta a todas luces de una incomodidad extrema.
Nunca pensé que el trato dado por Renfe a sus clientes podría caer más bajo, pero parece que dirigen todos sus esfuerzos para conseguirlo. Ahora nos sorprenden con que en ese tren regional que sale por las tardes de Badajoz a Madrid no se puede hacer reserva ni, por supuesto, venta previa, incluido Internet...
Según me informan por teléfono, sólo se pueden comprar los billetes de ese tren en la estación de salida, y unos minutos antes de ésta.
¿Es esto lo que ustedes entienden por mejora del servicio e ir hacia el futuro?
Sinceramente, me gustaría saber qué tiene Renfe en contra de sus sufridos (e inexplicablemente fieles) clientes para dedicarles un trato semejante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de junio de 2006