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Crítica:

Depósitos de memoria

El artista gallego Tono Carbajo presenta en el CGAC una amplia selección con cuadros, instalaciones, vídeos y objetos. Una especie de diario personal de imágenes que se combinan para estructurar una poética sobre el paisaje urbano.

Paisajes interiores y exteriores conviven en la obra de Tono Carbajo (Vigo, 1960), un artista que lleva más de dos décadas construyendo un lenguaje propio que parte de la pintura pero que acaba por desbordar los límites del cuadro para componer una mezcla aparentemente caótica de soportes y materiales. La estructura del collage está muy presente en el planteamiento inicial de Carbajo que concibe la superficie del lienzo como un lugar en el que pueden convivir objetos, manchas de color, cuadrados negros, fotografías o imágenes manipuladas por ordenador. La evolución del cuadro hacia la instalación se convierte en un proceso natural en un artista que concede una gran importancia a la construcción de escenarios.

TONO CARBAJO

Centro Galego de Arte Contemporáneo

Valle-Inclán, s/n

Santiago de Compostela

Hasta el 3 de septiembre

La muestra que ahora presenta en el CGAC se constituye como un diario de imágenes y sensaciones pero sin una estructura cronológica. En sus obras, el tiempo queda suspendido y aunque a veces aparecen elementos de ciudades en las que el artista ha vivido, como Barcelona o Vigo, no existe una voluntad narrativa ni de descripción de un entorno determinado. Carbajo está más bien interesado en construir una poética relacionada con la clasificación del paisaje a través de imágenes de fábricas, barrios periféricos, edificios casi en ruinas.

El gran número de piezas exhibidas y el considerable volumen y espacio que ocupan algunas instalaciones hacen que pueda llegar a aflorar una sensación de saturación. Sin embargo, entre las obras seleccionadas también se encuentran algunos pequeños objetos que el artista ha rediseñado y que despiden cierto aire de misterio. Este juego también está presente en la utilización de puertas, mesas y ventanas de madera en sus cuadro-instalaciones. Carbajo también utiliza el vídeo y el sonido en sus instalaciones para situarnos en escenarios que despiden una sensación de irrealidad. Las referencias a la destrucción y al paso del tiempo son continuas en un artista muy preocupado en hablar de la memoria como un instrumento para acercarnos a nuestra verdadera identidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de julio de 2006