La Bolsa española ha cerrado el primer semestre del año en pleno alarde de volatilidad, como muestran los datos referentes al Ibex 35 a lo largo del periodo.
Ayer, el principal índice del mercado español ganó el 1,42%, con lo que en esta semana redondea una subida del 2,43% que salva el mes de junio, en el que el avance se limita al 1,83%. Aun así, el segundo trimestre se cierra con un descenso del 2,58% que no impide que el semestre acabe con una ganancia del 7,59%. Aunque parezca un galimatías, simplemente se trata de la respuesta de la Bolsa española a una serie de circunstancias por las que también han pasado los mercados del petróleo, metales y divisas.
Un entorno económico en proceso de recuperación se ha visto complicado por el encarecimiento del precio del petróleo y otras materias primas, cuyas repercusiones sobre los precios al consumo han forzado una respuesta lógica por parte de los bancos centrales, obligados a endurecer su política monetaria para evitar presiones sobre la economía cuyos efectos, la llamada espiral inflacionista, podrían dar al traste con los esfuerzos de recuperación.
Los inversores se han visto forzados a tomar decisiones en medio de todas esas presiones, pero con el convencimiento de que la falta de alternativas a la renta variable en determinados escalones del proceso inversor terminaría por llevar el dinero a los mercados una y otra vez.
Los datos conocidos ayer en Estados Unidos no aportaron claridad al proceso, pues suben los ingresos y los gastos personales en mayo, al tiempo que desciende el índice de actividad empresarial de Chicago y avanza con fuerza la confianza de los consumidores, todo ello con el precio del petróleo en plena recuperación.
La contratación en el mercado continuo descendió hasta 4.505,53 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de julio de 2006