Hasta ahora sólo veo declaraciones rasgándose las vestiduras de los responsables de las pruebas. ¿Nadie piensa reflexionar sobre las posibilidades de soportar siete horas pedaleando en los Pirineos en pleno mes de julio sólo con agua y rosquilletas? ¿Y ahora se escandalizan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de julio de 2006