Armados con papeletas, tinta indeleble y listas de ciudadanos, un ejército de casi un millón de mexicanos se ha movilizado en las últimas semanas para organizar las elecciones presidenciales y otras 10 convocatorias que se celebran hoy. Los funcionarios electorales han brotado como hongos en comunidades marginadas, modernas ciudades, rancherías olvidadas y puntos especiales de las fronteras con Estados Unidos y Guatemala.
Su misión comenzó con la instalación de más de 130.000 mesas electorales, donde esperan la asistencia de más del 60% de los 71,3 millones de mexicanos enlistados en el padrón electoral. En casos como la Ciudad de México, se votará además de para presidente, para elegir gobernador, diputados locales y federales, y senadores.
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En todo México habrá cerca de 1.500 puestos de elección popular en disputa, entre ellos la presidencia, los gobernadores de los Estados de Guanajuato, Jalisco, Morelos y el alcalde de Ciudad de México. Los mexicanos votarán para elegir 500 diputados, de los cuales 200, se repartirán en forma proporcional a los resultados de los partidos en las cinco zonas electorales en que se divide el país. Lo mismo ocurre con 32 de los 128 puestos del Senado que están en juego.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de julio de 2006