Las empresas y administraciones públicas están incorporando aire acondicionado en sus edificios, cosa de agradecer sobre todo en verano. No obstante, ¿por qué en vez de ponerlo a una temperatura razonable lo ponen tan fuerte? Parece como si quisieran demostrarnos la potencia del nuevo aparato instalado. Sinceramente tantas frigorías no son necesarias y reducir el gasto energético también es mayor sostenibilidad para el planeta. Así de paso, nos ahorraríamos ir al cine, a la oficina, a la universidad, al hospital o al tren con el abrigo puesto y también algún que otro resfriado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de julio de 2006