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El Gobierno incumple de nuevo su compromiso y retrasa a finales de julio la Ley de Memoria Histórica

La Ley de Memoria Histórica se está convirtiendo en un plato de difícil digestión para el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue una de las primeras promesas, nada más empezar la legislatura, pero lleva un año de retraso. Después de cuatro incumplimientos, el Gobierno ha dejado pasar también la última fecha que tenía comprometida: el 30 de junio. Incluso el propio presidente, en el último debate del estado de la nación, había prometido que en el mes de junio la polémica iniciativa llegaría al Consejo de Ministros. "En dos, tres o cuatro semanas la presentaremos", le dijo a Gaspar Llamazares. Era 1 de junio.

Parece que la presentación es inminente. El Ejecutivo anuncia que la propuesta verá la luz antes de que concluya el mes de julio. Sus portavoces no reconocen el incumplimiento, ya que entienden que la aprobación en uno de los últimos plenos de la declaración de 2006 como año de la Memoria Histórica, una iniciativa de IU-ICV, sirvió también para dar un mes más de plazo al Ejecutivo.

La ley está prácticamente lista. El Gobierno alega cuestiones técnicas y retoques de última hora para no haberla presentado hasta ahora, además de la acumulación de importantes leyes de varios departamentos que han cargado de trabajo al Consejo de Ministros. El Ejecutivo no acepta que el retraso se deba a motivos de oportunidad política. Sin embargo, fuentes socialistas admiten que este asunto implica un enfrentamiento tan fuerte con el mundo conservador que se está buscando el momento más tranquilo posible para sacarla. Lo que no cuadra con ese intento es que este 18 de julio se cumplen 70 años del levantamiento franquista. Esa fecha seguramente reavivará la polémica, y prácticamente debería coincidir, según la nueva promesa del Gobierno, con la presentación de la ley.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de julio de 2006