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El Pentágono no cree eficaz bombardear las plantas atómicas iraníes

Altos oficiales de EE UU advierten a Bush de las consecuencias de un ataque

Altos mandos del Ejército estadounidense explicaron a la Administración del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que un eventual bombardeo de las instalaciones nucleares de Irán no permitiría aniquilar el programa nuclear de este país, según reveló la revista The New Yorker citando oficiales militares anónimos.

Los militares advirtieron además de que un ataque podría conllevar "graves consecuencias económicas, políticas y militares" para EE UU. La revista estadounidense explica que la experiencia en Irak, donde no han sido encontradas las armas de destrucción masiva y todavía continúa la guerra, ha afectado la manera de enfrentarse a Irán.

"Una cuestión crucial en la oposición de los militares [a un ataque contra Irán] es el hecho de que los servicios de espionaje estadounidenses y europeos no han encontrado pruebas específicas de actividades clandestinas o instalaciones escondidas", explica el artículo.

EE UU rechazó el pasado viernes la petición de los iraníes de otorgarles más tiempo para estudiar la propuesta occidental, que contemplaba ofrecer a Irán soluciones para frenar su programa nuclear, e insistió en que Teherán tenía que dar su respuesta antes del 5 de julio.

El artículo del periodista Seymour Hersh también pone en duda la elección por EE UU de eventuales objetivos en Irán. "Los servicios de inteligencia han demostrado que en los dos últimos años, los iraníes desplazaron sus instalaciones nucleares e implantaron algunas en zonas urbanas, anticipando un posible bombardeo".

Los militares establecieron otro paralelismo entre el caso iraquí y el iraní: el deseo de EE UU de una intervención rápida y barata en Irán no toma suficientemente en cuenta las consecuencias económicas y políticas de un ataque, especialmente la producción de petróleo y la posibilidad de reacciones violentas en el mundo musulmán y en Europa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de julio de 2006