Ha comenzado otro Tour de Francia y su periódico publica los acostumbrados trazados de etapas, mientras los expertos opinan sobre posibles ganadores. "Menos figuras, más aspirantes" reza un titular, modelo de eufemismo y esperanza.
Lo siento, no me creo nada, y dudo que sus enviados especiales se lo crean tampoco: el Tour y el ciclismo profesional están heridos de muerte, y no los salvarán los buenos propósitos. Recuérdese ese "nuevo espíritu" que todos fabricaron, sin fundamento, tras el caso Festina hace una década.
Su reciente editorial habla de acortar las etapas para que los corredores no tengan que doparse. Vana pretensión: Ben Johnson y demás sprinters se drogaban para un hercúleo esfuerzo de... ¡10 segundos!
Qué pena. Con lo que gustaba seguir el Tour, con lo que gustaba el ciclismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de julio de 2006