Daba Gardiner en San Lorenzo de El Escorial el Réquiem de Mozart. No el de siempre, por así decir, sino el que está de moda, el editado por el pianista y estudioso Robert Levin. Cambian algunos detalles y hay añadidos brillantes como la fuga al final del Lacrimosa. Nada esencial pero no deja de ser una curiosa incursión en el terreno de lo posible a la que, me da la sensación, se puede augurar un futuro brillante. Sobre todo si sus abogados son como éste.
Una vez más, Gardiner sentó cátedra de mozartiano conspicuo e hizo ver la diferencia entre sus versiones y las de casi todos los demás. Tras tanta excelencia se intuye la exigencia cumplida y el esfuerzo natural. Los solistas, salidos del Coro Monteverdi, estuvieron espléndidos, fundiéndose con naturalidad a un discurso fluido y dramático, sereno y emocionante, como siempre en este Gardiner al que tanto le gusta venir por aquí.
English Baroque Soloists / Coro Monteverdi
John Eliot Gardiner, director. Katharine Fugue, soprano. Madeleine Shaw, contralto. Benjamin Hulett, tenor. Matthew Brook, bajo. Mozart: Réquiem. Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, 4 de julio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de julio de 2006