Nadie duda de que hay que recibir al Papa dignamente con la solemnidad que requiere como jefe del Estado Vaticano y pontífice de la Iglesia católica, pero el disparatado y enorme despilfarro que estamos viviendo en Valencia con motivo del evento ofende los sentimientos de muchos ciudadanos, sean católicos o no. Al ser preguntadas por los costes, nuestras autoridades dijeron, orgullosamente, sin dar cifras: "... Se hará todo el gasto que haga falta...". Ya lo creo que lo han hecho y también el que no hace falta.
Donde sí hacía falta, y con qué urgencia, como hemos visto, era en la línea 1 del metro, y para eso no había dinero. Ahora que los ciudadanos nos estamos enterando de las graves deficiencias de la línea, denunciadas reiteradamente por los profesionales del sector, debemos protestar, pedir responsabilidades y exigir que nuestro dinero se emplee donde de verdad es tremendamente urgente y necesario. La irresponsabilidad de nuestros gobernantes ha costado más de cuarenta vidas, ha destrozado más de cuarenta familias. A ver quiénes dimiten ahora, con ese cargo sobre sus conciencias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de julio de 2006