La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) aconsejó esta semana a sus afiliados que en las recetas en que sea posible, figure el principio activo (el nombre de la molécula) en lugar de la marca del medicamento. La nueva Ley del medicamento habla de fomentar esta práctica, pero no dice cómo. En algunas comunidades son los farmacéuticos de atención primaria y la Administración, con incentivos económicos a los médicos, los que fomentan este tipo de receta.
La prescripción por principio activo supone que el médico deje abierta la posibilidad de que el farmacéutico dispense el fármaco de igual composición más barato. Como suele haber varios genéricos con el mismo precio, el boticario puede elegir la marca que da, siempre dentro de los productos equivalentes.
Pero este sistema tiene inconvenientes, dijo el presidente de la federación, José María Lobos. El principal, y en ello coincide con la patronal de los grandes laboratorios, Farmaindustria, es que puede confundir a los pacientes mayores polimedicados. Ellos verán cómo cada poco tiempo cambia la presentación de los productos que toman, ya que no hay un sistema que haga que, por ejemplo, todos los productos contra el colesterol sean pastillas azules, y todos los de la tensión, comprimidos blancos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de julio de 2006