Por enésima vez, los incondicionales del ferrocarril Olorón-Canfranc convocan una manifestación para reivindicar su modernización y la reapertura del tráfico internacional.
Para Los Verdes-SOS Naturaleza, todos los proyectos que se barajan en la actualidad -el Vignemale, la variante de Huesca, la Caballera e incluso la propia reapertura entre Olorón y Canfranc- no son sino cortinas de humo para ocultar que la única solución posible para revitalizar el Canfranc es recuperar la línea directa entre Zaragoza y los Pirineos por Zuera y Ayerbe, sin pasar por Huesca capital. Ésta es la única actuación viable y sobre todo factible a corto plazo con una modesta inversión.
Primero hagamos los deberes en casa y luego ya hablaremos con los franceses.
Así lo han entendido una docena de ayuntamientos del norte de la provincia de Huesca y la Plataforma pro-ferrocarril directo a los Pirineos, que hace unos años reunió más de 15.000 firmas de usuarios y presentó el proyecto de rehabilitación al Gobierno de Aragón y al Ministerio de Fomento.
Los Verdes-SOS Naturaleza sabemos perfectamente que hay fortísimos intereses económicos para que los Pirineos no tengan un transporte público de calidad. Si el ferrocarril no funciona, pues ya están los autobuses, y si no, lo mejor es ir cada uno con su propio automóvil. Eso no es sostenibilidad.
Se cumplen ahora 30 años del cierre de la línea directa entre Zaragoza y los Pirineos. Los políticos de Huesca capital se comprometieron a que nunca jamás volvería a funcionar, pero, sorpresivamente, un joven estudiante suizo, Jorg Suter, geógrafo por la Universidad de Berna, reivindica en su tesis doctoral la reapertura del ramal directo, por Zuera, Gurrea de Gállego y Ayerbe como la piedra angular de la recuperación de la línea entre Zaragoza y Canfranc.
¿Al Pirineo en tren?
¡Sí, claro, por Gurrea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de julio de 2006