El Consejo de Seguridad abordó ayer la escalada de violencia tras la incursión de las tropas de Israel en Líbano, en la que sus miembros hicieron un llamamiento a las partes a lograr una solución diplomática a la crisis que evite la desestabilización de la región.
El debate se celebró a petición del Ejecutivo libanés. Beirut calificó la intervención militar israelí de "agresión bárbara" que considera "viola todas las leyes internacionales".
El representante israelí contraatacó con un discurso centrado en poner en evidencia que Líbano es "un país rehén de los tiranos del Norte y de los terroristas del Sur". "La verdadera fuerza ocupante en Líbano es el terror de Hezbolá, Siria e Irán", precisó.
EE UU considera que la acción de Hezbolá es una "incursión terrorista deliberada y denunció los "ataques periódicos" que sufre su aliado. El representante estadounidense aprovechó para arremeter contra Siria e Irán.
El resto de países hizo un llamamiento claro a la contención y denunciaron el uso "desproporcionado" de la fuerza.
El Consejo de Seguridad se limitó tras el debate a adoptar una declaración de apoyo a la misión mediadora que va a mandar este fin de semana el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de julio de 2006