La poderosa voz de Roberta Flack fue capaz el viernes por la noche de llenar prácticamente hasta la bandera la primera de las veladas de Nits de Bonmont, el festival veraniego de Mont-roig del Camp (Baix Camp). Alrededor de 1.600 personas, muchas de ellas con invitación, acudieron a la principal cita cultural del verano en la Costa Daurada, tradicionalmente huérfana de una oferta alternativa al sol y la playa. La veterana musa del soul demostró que su voz sigue siendo la que cautivó al mundo en los años setenta con títulos como Killing me softly with this song, en una actuación que durante una hora y media, incluidos dos bises, repasó su repertorio estándar.
Los green del campo de golf Bonmont y las residencias de la exclusiva urbanización que se alza junto a él se transformaron la noche del viernes en un escenario del más puro soul. Roberta Flack, junto a una sólida formación que regaló al público solos de bajo, saxo y voces, se presentó en un sobrio escenario con su voz como principal argumento, siempre en primer plano y llenando cualquier rincón del recinto. Fue la primera noche de un festival por el que han pasado en sus dos ediciones anteriores nombres de la talla de Joan Manuel Serrat, Paco de Lucía y Rafael Amargo, y que este año espera la llegada de Al Jarreau (22 de julio), Ainoha Arteta (29 de julio), Rosario (5 de agosto) y Ana Torroja (11 de agosto).
Roberta Flack hizo esperar al público hasta la mitad del concierto para cantar sus temas más conocidos. Con una versión de Angelitos negros, de Antonio Machín, cantada en un curioso castellano y otra de No woman no cry, de Bob Marley, en la que la melodía fue a cargo del bajo, se metió al público en el bolsillo, aunque los espectadores no respondieron como ella esperaba en el archiconocido Killing me softly... Flack trató de que el público, entre el que había autoridades políticas y empresarios, la acompañara con coros, pero fue inútil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de julio de 2006