El Partido Popular "no respalda ninguna negociación con los terroristas de ETA" y, por tanto, "no se considera vinculado a ese proceso", "ni lo asumirá en el caso de que gane las próximas elecciones y éste se encuentre a medio camino". Así lo anuncia el secretario general del PP, Ángel Acebes. No le quedó otra. Se queda tan tranquilo. Y quizá tenga hasta quien lo aplauda.
A mí se me ocurre pensar que lo mejor para España -en ese caso- es que no ganen las próximas elecciones. Si estos argumentos los esgrimiesen personajes, a título individual, y sin representación alguna, no tendría la más mínima importancia. Pero es que lo dice el número dos de un partido que ha gobernado, que tiene aspiraciones a gobernar y que representa, en teoría, 10 millones de votantes. Así, la derecha no hace la renovación que precisa un partido, que ha perdido, y que quiere recuperar el poder.
Mientras los dirigentes sean los que son, mientras oigan los cantos de sirena de sus medios afines y mientras sus seguidores los aplaudan acaloradamente, se equivocarán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de julio de 2006