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Pasqual Maragall apuesta por reeditar el Gobierno tripartito

En plena definición de estrategias de los partidos catalanes de cara a las elecciones autonómicas del 1 de noviembre, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, expresó ayer su apuesta inequívoca por reeditar la experiencia del tripartito en Cataluña.

Maragall, arropado por varios de los consejeros de su Gobierno y por el candidato de los socialistas catalanes, José Montilla, explicó en el Círculo Financiero -en la sede de La Caixa, en Barcelona- que ve "necesario y probable" una segunda entrega de lo que calificó como "un Gobierno de izquierdas fuerte y estructurado en torno al PSC", a pesar de la distancia que ha intentado poner Montilla a este respecto en sus primeras apariciones como candidato.

Maragall quiso hacer una "lectura crítica" de sus tres años de mandato al frente de la Generalitat y destacó "lo positivo de la alternancia democrática que ha supuesto el tripartito" y otros aspectos como el nuevo Estatuto y su papel en la redefinición de las relaciones entre Cataluña y España. Ante la mirada atenta de Montilla, apostó sin ambages por "dar continuidad a algunas de las políticas que se han puesto en marcha" en la última legislatura en Cataluña. "Me niego rotundamente a que se califique esta experiencia de fracaso", adujo en alusión a las relaciones, no siempre fluidas, entre el PSC, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV) al frente del Gobierno catalán.

El Estatuto fue uno de los ejes de su discurso ante un auditorio formado mayoritariamente por empresarios y profesionales. El nuevo texto estatutario "supone un cambio de relación entre Cataluña y España", que consagra, a su juicio, una idea de España "plural, pero también diferencial".

Las reacciones airadas al Estatuto, como el boicoteo a los productos catalanes, "ponen de manifiesto que hay un problema en España que debe resolverse con un programa federal con el impulso del Gobierno [central]", dijo. "Estamos a las puertas de un segundo momento importante, el Estatuto vasco, pero no hay otro camino sensato", concluyó.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de julio de 2006