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MIRADOR

Gemelos McCarthy

Los hermanos Lech y Jaroslaw Kaczynski son dos gemelos con muy poco sentido del humor, que ocupan, respectivamente, la jefatura del Estado y del Gobierno de Polonia, y que, ahora que han logrado convertir la cúpula de la República en una cuestión familiar, han anunciado una cruzada contra el comunismo. La oposición liberal y muchos conservadores, espantados ante la carambola que ha llevado al poder a los hermanos y multiplica día a día las dificultades políticas internas y externas de Polonia, consideran que su vehemencia anticomunista llega ya a destiempo.

Líderes del partido Ley y Justicia, los gemelos ganaron las elecciones con un programa de guerra a una corrupción que de hecho ha sido una plaga en la Polonia poscomunista, en parte favorecida por los contactos, influencias y presiones que beneficiaban a los cuadros del viejo régimen que conocían por dentro el Estado. Hasta ahora, la ley preveía que sólo los aspirantes a cargos públicos se sometieran a un examen de su pasado y que sólo era vetado quien demostradamente mintiera al negar contactos con la policía política. Con la nueva ley, una larga lista de profesionales tendrá que someterse para poder ejercer al escrutinio de una comisión sobre su pasado.

Después de 17 años de la caída del régimen comunista, los Kaczynski, no por casualidad aliados políticos de dos partidos excéntricos, ultraderechistas y clericales, se lanzan a un ejercicio de revanchismo que dinamita el espíritu de la transición, juzgará conductas morales de hace décadas y decidirá quién era cómo de comunista. Esta caza de brujas es una extravagancia peligrosa más de políticos que quieren ocultar sus carencias en el presente con demonios del pasado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de julio de 2006