Baile, música, nostalgia, sensualidad y gestos dramáticos se identifican con la palabra Tango. Este es el titulo de la exposición de fotografías promovida por la Diputación alavesa en la sala Ignacio Aldecoa, en pleno parque de la Florida. Su autor es el bonaerense Rubén Gordé (Argentina). Son un total de treinta y dos fotografías plasmadas en blanco y negro y en distintos formatos. Instantáneas que recogen situaciones, momentos de ese baile en pareja que Carlos Gardel lo elevó con sus letras a cotas mitológicas. Más que un relato lineal de lo que narran las notas musicales, se trata de una buena selección de los momentos cumbres del baile.
El fotógrafo se desenvuelve con soltura en el retrato, enfila sus imágenes también hacia la publicidad y ahora hace evidente su exquisita capacidad para captar actuaciones teatrales o similares. En el catálogo, coordinado por Esteban Lozano, aprendemos que la trayectoria expositiva más relevante del autor comenzó hace ya casi veinte años. Sus trabajos se han enseñado en Moscú, Madrid, Barcelona, Buenos, Aires, Milán o Nueva York. En 2003 mereció el primer premio Mirada Ajena del concurso Álava desde tu punto de vista.
En la exposición el espectador puede encontrar dos tipos de imágenes. Por un lado, aquellas en las que protagonismo recae sobre un solo personaje. De esta manera, entre bastidores, encontramos una mujer con un brazo caído cuya mano sostiene boca abajo dos copas de champán. De la misma forma, y también en solitario, tenemos a otra mujer de pie, descalza, con los zapatos en una mano, sobre un fondo de cortinones oscuros aspirando con placer e intensidad el humo de un cigarrillo que guarda un generoso tramo de ceniza sin desprender.
Otro grado de sensualidad y pasión más explicita se ponen de manifiesto en las imágenes en las que hombre y mujer, mujer y hombre se entrelazan conformando un solo cuerpo. El gesto de los labios, la dirección de las miradas, la caída de ojos, denotan una atmósfera cargada de erotismo. Cuando el fotógrafo se centra en las figuras completas y, de manera especial, en el entramado de sus piernas, la sensación visual llega a ser de éxtasis. Los bailarines parecen derrumbarse por el ritmo que manejan con su cuerpo hecho un nudo. Volándote, Pausa, Pasión Entrega, Enredo, Me empujas, Abandono o Nostalgia son títulos de fotografías que sugieren al espectador una visita repleta de satisfacciones visuales.
Rubén Gordé-Tango. Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Paseo de la Florida, Nº9. Vitoria. Hasta el 3 de septiembre. Horario de visitas: lunes a viernes, de 10.00 a 21.00. Sábados, de 10.00 a 14.00. Domingos y festivos cerrado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de julio de 2006