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Cañizares dice que la autodeterminación daña la identidad cristiana

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, considera que la autodeterminación lleva a perder la "identidad cristiana". "Las comunidades que pidan una especie de autodeterminación o una autodeterminación plena tendrán que buscar unas señas de identidad que ya no será la identidad cristiana porque ésta es unificadora", declaró en una entrevista en la revista Humanitas.

Cañizares afirmó que "si España se disgrega, si España se fragmenta, si España se deconstruye, tendrá que buscar otras raíces, otros fundamentos para esa construcción de la nueva España o de lo que sea". Quienes promuevan ese proceso "tendrán que buscar algo que sea diferenciador, que ciertamente no podrá ser la fe".

"No es por otra razón que se pretende en estos momentos que los Reyes Católicos no aparezcan para nada y por eso mismo también se pretende, por parte de alguna comunidad, que no se hable de las raíces cristianas de los primeros siglos, como si esa comunidad simplemente comenzase a existir a partir de la invasión musulmana: es el caso de Andalucía", señaló el arzobispo.

Según Cañizares, detrás del intento de "romper la unidad de España" hay "un proyecto cultural que supone la instalación en la sociedad, como criterio y medida de todo, del laicismo. Donde Dios no cuente. Donde Dios quede reducido a la esfera de lo privado".

Al respecto, indicó que España "es uno de los exponentes más netos de la crisis profundísima de los derechos humanos" que sufre la humanidad. Para Cañizares, se produce un "totalitarismo". "Es lo que vimos con el discurso de investidura del presidente Zapatero", puso como ejemplo, "donde habló de que promovería que cada uno pudiese decidir sobre su sexo. Pero si cada uno puede decidir sobre todo eso y todo es cuestión de decisión, entonces por qué no va a ser también legítima la violencia, o el robo, si es uno el que decide. En esta concepción no hay nada objetivamente bueno ni malo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de julio de 2006