A Mariano Puerta, subcampeón argentino de Roland Garros, le arruinó la carrera un vaso de agua. O eso dice él. Su mujer, cuenta, se dejó una tacita en la mesa de noche. Contenía etilefrina. Él se la bebió. Y tras su positivo por clembuterol de 2003 le cayeron ocho años, ahora rebajados a dos.
No es una excepción: cinco compatriotas suyos -Chela, Coria, Cañas, Delgado y Hood- han sido sancionados en los últimos seis años. El británico Rusedski, positivo por nandrolona, se salvó por tomar complementos alimenticios sin saber su contenido. El futuro no es halagüeño: Karatantcheva, de 16 años, dio positivo por nandrolona en 2005.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de julio de 2006