Un hombre de 71 años, Rudolph Eberhard M., ha reconocido ante el juez haber asesinado de un disparo a bocajarro a su compañera sentimental, Katarina B., de 63, en el domicilio que la pareja compartía desde hace diez años en la localidad turística de Cala Murada, en Mallorca. Los hechos tuvieron lugar el domingo 23 de julio.
El acusado, de nacionalidad alemana y que ya se encuentra en prisión, manifestó que todo sucedió "por accidente" y que no era su intención acabar con la vida de su compañera. Rudolph Eberhard M. se desdijo así, ante el juez, de la versión que había mantenido en los últimos días, y según la cual un ladrón que se dio a la fuga habría sido el autor del disparo mortal. La policía nunca creyó este relato, lleno de ambigüedades, y detuvo a Rudolph el pasado jueves, a la espera de encontrar pruebas definitivas.
La autopsia reveló que el disparo que mató a Katarina se había realizado desde una distancia no superior a los tres metros y que la víctima murió en el acto. Las investigaciones se centraron durante toda la semana en buscar el arma homicida. El viernes, bajo un rodapié de la cocina, apareció la carabina del calibre 22 con la que, supuestamente, Rudolph mató a su compañera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de julio de 2006