Una mujer de 91 años, residente en Barcelona, falleció el sábado a causa de un golpe de calor, según informó ayer el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Con este caso, ya son 14 las víctimas mortales en España por la ola de calor. En Cataluña han muerto cuatro personas, todas en la última semana. Tres de los fallecidos eran personas mayores, y el cuarto, un trabajador de un horno industrial.
Un golpe de calor se produce cuando, tras soportar temperaturas muy altas, la capacidad de termorregulación del cuerpo falla. La reacción: la temperatura corporal se dispara en pocos minutos, superando los 40 grados. Además de la altísima fiebre, otros síntomas del golpe del calor son náuseas, pérdida de conciencia, pulso rápido, dolor de cabeza o compulsiones. Si no es tratado con rapidez el golpe puede ser mortal. Por ello, las autoridades sanitarias recomiendan ir lo antes posible en un centro sanitario al menor síntoma.
Para evitar un golpe de calor, las recomendaciones pasan por evitar exposiciones prolongadas al sol, beber mucha agua -unos 2,5 litros al día-, evitar comidas copiosas o vestir con ropa ligera y con colores claros. Los colectivos de mayor riesgo ante las altas temperaturas son ancianos, los que trabajan a pleno sol o en locales a temperaturas extremas y enfermos crónicos, entre otros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de agosto de 2006