Los mercados de valores, en particular los de la eurozona, ofrecieron ayer un espectáculo inusual, pues con una situación mucho peor que la del día anterior, en cuanto se refiere al petróleo y a Oriente Próximo, lograron subidas que superaron las caídas del martes.
El Ibex 35 subió el 1,34% para cerrar en 11.863 puntos y con cierto optimismo sobre las posibilidades de atacar con algunas garantías el nivel de los 11.900 puntos. El Ibex Medium subió el 1,07% y el Ibex Small Caps el 0,56%.
La Bolsa de París terminó esta jornada con una ganancia del 1,58% y Francfort subió el 1,50%.
Para algunos observadores, este radical cambio de conducta de los inversores respondería a la creciente posibilidad de que el BCE decida en su reunión de hoy no elevar los tipos de interés, aunque el consenso de los analistas apostaba todavía al cierre porque los tipos de interés de la eurozona se situarán en el 3%.
El índice de precios industriales de junio, publicado ayer, se desaceleró en el mes de junio, tanto en tasa mensual como interanual, aunque se queda en el 5,8% y el petróleo continúa subiendo.
En cuanto a la Bolsa española, ayer había argumentos alcistas para un pequeño número de grandes valores, como era el caso de Endesa, que podría ver modificado al alza el precio de la OPA. Repsol YPF se veía favorecido por la subida del precio del petróleo y, por último, Telefónica, que consiguió la tercera licencia de telefonía móvil en Eslovaquia. Estos tres valores consiguieron importantes avances, pero no destacaron del conjunto, por lo que hay que achacar este avance de la Bolsa a la ausencia de papel en determinados niveles de precios. Los mercados abrieron con subidas muy discretas y fue esa ausencia de posiciones vendedoras importantes la que fue caldeando el ambiente hasta hacer olvidar la geopolítica y sus importantes consecuencias a medio y largo plazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de agosto de 2006