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CARTAS AL DIRECTOR

Interruptores del sueño

¿Qué ha sido de la Ley de Ruidos? Es, sobre todo, durante la canícula cuando más me acuerdo de ella y de la necesidad de su implementación. Los aspirantes a pilotos de alta competición se sirven de las carreteras normales para entrenarse, olvidando o importándoles un bledo que el resto del vecindario, a ciertas horas, necesita dormir, descansar de tanto decibelio que sus oídos han de soportar al día siguiente y que comienza con el estruendoso despertador.

Si la antedicha ley se demora en su aplicación, mucho me temo que, comparados con los estrepitosos sonidos salientes de los tubos de escape de sus motos, el ring ring de la alarma del reloj sonará a música celestial, y allí, en la mansión de Morfeo, permaneceremos cuando aquélla se active. Estos moteros nocturnos pueden causar la ruina de muchas familias, por el despido de quienes les otorgan sustento económico. Y es que la casa del dios del sueño se cierra cuando se abre la empresa u oficina donde aquéllos trabajan.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de agosto de 2006