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Crónica:ESCRITO A MANO

Una foto, por favor

Esos individuos que en el salón del hotel o en el bar se cubren el rostro con un periódico, simulando leer, pueden parecer espías. En realidad son gente que recurren a esa artimaña cuando ven aparecer turistas, máquinas fotográficas en mano. La experiencia viajera les advierte del peligro: los turistas les pedirán que hagan unas fotos al grupo. Tenía razón Patrick Bukley cuando hace años escribió en The European que sólo en Beirut pueden pasarse vacaciones tranquilas. Cierto que hay bombas, tiros y secuestros pero en bares y hoteles los únicos clientes son periodistas, traficantes de armas, espías y terroristas profesionales. Gente que viaja por obligación y no molesta pidiendo que le hagan una foto. Por la terraza del hotel en el que estoy avanza una tropa de japoneses. Me cubro el rostro con el periódico simulando leer pero me engancha el tema españoles a la carta publicado en El PAÍS: los clubes de fútbol, dice el reportaje, recurren a jueces y funcionarios afines para agilizar las nacionalizaciones de jugadores. Se trata de lograr que el expediente pase a ser de los primeros de la pila. Sé de primera mano de un caso a la inversa: en plena oleada de oriundos, hace 30 años, el Barcelona logró de un funcionario afín que el expediente de Heredia siempre fuese el último del montón. Se trataba de tapar, hasta que otra mano afín facilitase documentos más creíbles, que los papeles presentados eran falsos. Un japonés pide a mi vecino de mesa que les haga unas fotos. El incauto no se había ocultado tras un periódico.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de agosto de 2006