No aparecieron en los grandes desfiles ni en las previsiones de los gurús, pero este verano a la gente le ha apetecido ponérselos y se ven por todas partes. En camisetas, vestidos (en la foto, uno de H&M) o sandalias. Pero, sobre todo, en pañuelos. Anudados a la cabeza o sobre un sombrero (como hizo Kate Moss en la boda del cantante de Primal Scream, Bobbie Gillespie, hace unos días), los pañuelos moteados se convierten casi en un símbolo de desobediencia civil. ¿Por qué se llevan? Porque nos da la gana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de agosto de 2006