La manipulación indebida de una bombona de butano se presenta como la causa más probable de la explosión de gas que el jueves provocó el desplome de un edificio en la calle Cerdà de Alicante y que se saldó con 12 heridos, dos en estado crítico.
Así lo apuntó ayer el jefe de la policía local, Luis Gómez. El alcalde accidental, Andrés Llorens, concretó que las primeras investigaciones sugieren que alguno de los dos heridos más graves, un hombre de 31 años y una mujer de 25, ambos residentes en la vivienda del tercer piso en la que se produjo la deflagración, cometió una "imprudencia temeraria" en el uso de la bombona.
Esta hipótesis se sustenta en el testimonio de una joven venezolana que tenía alquilada una habitación en el piso de la pareja afectada y que estaba allí en el momento de la explosión. Todavía está por determinar si los hechos ocurrieron en la cocina o en el dormitorio de los heridos o si el suceso fue o no intencionado. La pareja, con quemaduras en el 80% de su cuerpo, seguía ayer ingresada con pronóstico muy grave. Otros dos heridos más leves continuaban en el hospital.
Tanto el edificio siniestrado como los dos colindantes serán declarados en ruina y demolidos ante el riesgo de que se vengan abajo. Los bomberos continuaron ayer retirando escombros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de agosto de 2006