"La gente se queda en los hoteles y no sale a la calle, no consume". Rafael Gasent es presidente de la Asociación Independiente de Comerciantes de Benidorm y la provincia de Alicante (AICO), y considera que la implantación del sistema todo incluido en los hoteles está reportando graves pérdidas a los 2.000 comercios que representa. La Federación de Hostelería y Turismo de CC OO presentó el año pasado un informe muy crítico contra esta fórmula que definía como "contraria al modelo de sol y playa". El todo incluido llegó aquí tras el éxito cosechado en el Caribe, e implica que el turista que se aloja en el hotel y puede consumir bebidas y comida durante todo el día sin restricción. La cadena Mágic-Costa Blanca fue la primera en implantarla en Benidorm, y su responsable, Javier García, considera que todo son ventajas. "Hay estudios que demuestran que el turista que viene con todo incluido gasta más dinero que el resto, porque además de pagar más por el hotel trae el mismo dinero en el bolsillo para cuando sale a la calle", explica. García, directivo también de Hosbec, asegura que un establecimiento que ofrece esta opción "contrata entre un 30% y un 40% más de personal para poder atender los servicios comprometidos". El 20% de los hoteles de Benidorm ofrece esta posibilidad que compite con los establecimientos más modestos. Ricardo Verdesoto es presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías (Abreca), y considera que el todo incluido "no es una táctica buena", porque "impide que el turista se mueva por la ciudad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de agosto de 2006