Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Israel Galván baila en el Kursaal su visión dramática de la fiesta taurina

Una vez le preguntaron a Luis Miguel Dominguín quién es la muerte en el juego del toreo. El diestro respondió que el público. Esta frase le sirvió de punto de partida al bailaor y coreógrafo Israel Galván (Sevilla, 1973), Premio Nacional de Danza 2005 en la modalidad de creación, para dar vida a Arena. Seis coreografías para seis toros, un espectáculo que la Quincena Musical de San Sebastián llevará al Kursaal el próximo miércoles (20.00).

Estrenado en 2004 en el marco de la 13ª Bienal de Flamenco de Sevilla, Arena va más allá de los capotes, las banderillas y demás elementos externos de la tauromaquia, a los que la danza se ha acercado muchas veces, y se zambulle en otra cara de la fiesta, aquella que tiene que ver con la violencia, la muerte o el silencio, según explicó ayer Galván en la capital guipuzcoana.

El espectáculo consta de seis coreografías. Cada una de ellas está bautizada con el nombre de un toro que en su día acabó con la vida de un diestro y encierran "seis maneras de bailar totalmente distintas", subrayó el director artístico, Pedro González Romero. Arena "se mueve por claves flamencas, pero también contemporáneas", agregó.

Galván estará acompañado en el escenario por el cantaor Miguel Poveda, quien acaba de participar con gran éxito en el Festival del Cante de las Minas de La Unión, en Murcia. Cada movimiento coreográfico será introducido por una filmación en la que el también cantaor Enrique Morente, sentado en la plaza de toros de La Maestranza, irá presentando a los astados.

Además de Sevilla, Arena ya se ha podido ver en Granada, Marsella, Madrid, Roma y Burdeos. "El público se estremece", porque el espectáculo "transmite una relación muy física con el baile, transmite muy bien los sentimientos de alegría, miedo, asco y demás que se producen en los toros", aseguró González Romero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de agosto de 2006