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CARTAS AL DIRECTOR

Los humos de la hostelería

Algunos representantes del sector de la hostelería dicen que la ley del tabaco es imprecisa, ambigua y, en casos concretos, discriminatoria. Lo que no dicen es que algunas organizaciones del sector llevan años trabajando para "acomodar" la ley a sus intereses. Por tanto, en lo primero que deberían reflexionar es sobre el resultado de sus acciones de lobby. Si no se hubieran opuesto todo este tiempo a las medidas eficaces de prevención del tabaquismo, aceptarían de buen grado que no se permitiese fumar en todos los locales de la hostelería sin distinción de superficie.

¿Qué tipo de presiones promovieron esa "discriminación"? En ningún Estado en el que se haya prohibido fumar en todo el sector del ocio ha habido pérdida neta de clientes ni de beneficios económicos. La resistencia a este tipo de regulaciones en el sector del ocio no resulta razonable, sino más bien extraña y desproporcionada. Al contrario de lo que se dice por ahí, la ley es muy clara en sus opciones legales. O se hace un tabique con una puerta o no se permite fumar en todo el local. Lo demás son interpretaciones de mala fe, lisa y llanamente. El miedo a los enfrentamientos no está justificado. ¿Qué problemas ha habido en el resto de los sectores laborales que incluye al 95% de la población activa?

Después de años de lobby, ocho meses de tramitación parlamentaria y ocho meses de plazo para adaptar los locales, ahora resulta que no se entiende la ley y que hace falta más plazo. Éste es el concepto de la democracia que algunos tienen. Con asuntos de salud no se negocia, y menos aún fuera de plazo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de agosto de 2006