El control del esfuerzo realizado durante un ejercicio físico es posible ahora gracias a unos dispositivos, llamados genéricamente pulsómetros, que existen en el mercado. Los datos que se obtienen sirven para fijarse metas y son un elemento clave de motivación y superación, aparte de que controlan el estado de salud y avisan si se excede de los límites previamente establecidos. Es como si se tuviera un entrenador físico personal.
Los pulsómetros constan de dos elementos básicos: un medidor del ritmo cardiaco, que se sujeta en el pecho a través de una correa, y un reloj de muñeca que recibe los datos y los analiza y muestra en la pantalla. La base de todo el sistema es el registro del ritmo cardiaco. A partir del mismo, en función de la edad, peso y de unos objetivos fijados, el reloj calcula el esfuerzo que se está realizando, avisa en caso de exceso y en la pantalla se muestran los datos que se desean.
Existen varios fabricantes, siendo los más importantes Polar, Cardiosport y Suunto. Empresas de calzado y ropa deportiva, como Adidas y Nike, también tienen su propia línea de pulsómetros. Su precio varía, desde unos 90 euros el modelo más básico y hasta 200 euros y más los más sofisticados.
La diferencia está en el reloj, que puede tener más o menos memoria para almacenar los latidos del corazón durante unas horas o varios días y registrar otros datos como la altitud o temperatura mientras se corre o se va en bicicleta.
Los datos registrados se pueden analizar después en el ordenador. Basta volcar los datos del reloj al ordenador y utilizar los programas que los fabricantes de pulsómetros ponen a disposición a través de Internet. Se obtienen gráficos con la evolución del ritmo cardiaco, los objetivos realizados y deseados, las calorías quemadas en cada momento y en función del recorrido, según el modelo que se tiene. El análisis a realizar es virtualmente ilimitado y es aconsejable la supervisión de un especialista para fijarse nuevos retos.
La sofisticación en los pulsó-metros ha llegado a un punto que no solamente se registra el ritmo cardiaco, sino que también hay modelos que miden la velocidad, por medio de un sensor que se fija a la zapatilla y transmite los datos al reloj. Adidas acaba de presentar una línea de camisetas para hombre y mujer con el medidor y transmisor cardiaco integrado en el tejido.
Los ciclistas tienen a su disposición unas pinzas para sujetar el reloj a la bicicleta y verlo con más facilidad o, incluso, un dispositivo específico para el manillar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de agosto de 2006