En Valencia no sólo siguen regando con normalidad los jardines de la ciudad a pesar de las recomendaciones de la ministra Cristina Narbona de ahorrar agua, sino que que se hace sin parar. Los aspersores de dos de las glorietas del jardín central de la avenida de Blasco Ibáñez -justo frente a la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar- no paran de arrojar agua desde hace más de una semana, sin que el Ayuntamiento haya acudido a resolver el problema a pesar de que los vecinos de la zona han avisado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de agosto de 2006