El pasado día 5 de agosto realicé un viaje de fin de semana a Madrid desde mi localidad, Hondarribia (Guipúzcoa). Como era de esperar, el tráfico a partir de las siete de la mañana se intensificó por la cantidad de vehículos que salían de viaje, especialmente vehículos con matrículas francesas. De sobra es conocido por todos nosotros la cantidad de accidentes que se producen en las carreteras españolas durante todos los fines de semana y en los grandes desplazamientos, y las campañas que se están haciendo por parte de la Dirección General de Tráfico para evitar estos accidentes: controles de alcoholemia, controles de velocidad, etcétera.
Pues el sábado me di cuenta de que el carné por puntos y estas campañas sólo sirven para los vehículos con matrícula española y el resto tiene impunidad. Me explico: vi adelantamientos temerarios, incorporaciones peligrosas, excesos de velocidad que superaban ampliamente los 180 kilómetros por hora, y así innumerables infracciones. En un momento dado encontré un control de velocidad de la Guardia Civil y todos los vehículos parados tenían matrícula española, cuando a la altura del lugar donde estaba situado el radar móvil hubo vehículos que hicieron saltar el mismo. No vi ninguno parado. La reflexión que me hago es la siguiente: los extranjeros, o residentes en el extranjero, ¿tienen impunidad en las carreteras españolas? En Francia, si cometes una infracción de tráfico y resides en el extranjero, te retienen el vehículo hasta que pagas la multa, además de quitarte puntos de un carné virtual en su país.
Teniendo en cuenta la cantidad de extranjeros que veranean en España y toda la gente que atraviesa la península Ibérica para ir a sus lugares de origen de vacaciones (Magreb o Portugal), tendrían que considerar que las infracciones no sólo las cometemos los españoles o los residentes en España, sino también aquellos que conducen en las carreteras españolas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de agosto de 2006