Con 15 meses sabía contar y hablaba ya como un cotorro. A los cuatro años se aburría soberanamente en la escuela, hasta que le dieron libros mucho más avanzados para su edad. A los siete era un lector consumado del periódico por el que se peleaba con su padre. Los presentadores de televisión le traían loco y viendo a Montesdeoca se aprendió las comunidades autónomas. Con siete años. Con 15, ha dado clases de matemáticas a un amigo ciego, "también muy listo y con muy buenas notas", pero que sólo con Iñaki ha llegado a entender el mundo de las matemáticas.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de agosto de 2006