Jaime Williams, una joven de Omaha, Nebraska, encontró la solución. Su banda llevaba tiempo sin batería y eso amenazaba con frenar una carrera que parecía en casi sideral progresión. Williams ofreció su talento como bailarina de claqué para completar el sonido de Tilly and the wall, una banda de pop nostálgico, punk crepuscular y folk arrastrado. Extrañamente, a sus compañeros les pareció una brillante idea, y así grabaron su álbum de debú, el celebrado Wild like children. Fueron la curiosidad más publicitada del underground y despertaron el interés de revistas como i-D o Dazed And Confused por la excentricidad del claqué, sus irresistibles melodías y sus deliciosos estilismos. Este otoño editarán en España su segundo trabajo, Bottom of barrels (Sinnamon).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de agosto de 2006