Atención, claustrofóbicos. Renfe atenta contra nosotros en los Talgos 200 que unen Madrid con Andalucía. He tenido que usar este servicio varias veces durante este verano y he sido víctima de una situación angustiosa.
Llegados a las inmediaciones de Sevilla, se produce la operación del cambio de ancho de vía. El tren interrumpe su fluido eléctrico durante varios minutos, en ocasiones hasta veinte, sin ningún tipo de aire acondicionado. Muchos días, con 40 grados de temperatura exterior. Y todo ello con unas tarifas muy elevadas, de no menos de diez mil de las antiguas pesetas, por un billete en clase turista para viajar a Málaga o Cádiz. Una vergüenza y un peligro no aptos para los claustrofóbicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de agosto de 2006