El príncipe Christoff von Hohenlohe fue enterrado ayer en el panteón familiar del cementerio marbellí de San Bernabé. A la capilla ardiente y posterior misa católica acudieron unos doscientos familiares y amigos. "Ha sido una misa muy triste, pero recuerdo a Kiko con mucha alegría de vivir", dijo su madre, Ira von Fürstenberg, a la salida de la iglesia.
Un sexteto de cuerda interpretó durante la misa el mismo repertorio que sonó en el funeral del padre años atrás, Alfonso von Hohenlohe. Adagios de Mozart y Albinioni, junto a una cantata
de Bach, dieron un toque solemne y cálido a la ceremonia religiosa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de agosto de 2006