El tren que descarriló el pasado lunes en Villada (Palencia), provocando 6 muertos y 36 heridos, circulaba a más de 120 kilómetros por hora en el momento del siniestro. La velocidad y un intento de frenar a última hora causaron el accidente, según fuentes próximas a la investigación. En ese tramo la velocidad máxima del convoy no debía haber superado los 40 kilómetros por hora, ya que estaba realizando una maniobra de cambio de vía. A la espera de que se haga público el informe definitivo del suceso, un error humano parece la causa más probable del exceso de velocidad. El conductor del tren fue interrogado ayer por la Policía Judicial y sometido a pruebas de alcoholemia y drogas, en las que dio negativo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de agosto de 2006