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Los hijos de los agentes de Jerez vuelven a jugar en el patio del cuartel

Las protestas de los agentes de la Guardia Civil que residen en el cuartel de Jerez de la Frontera (Cádiz) han conseguido acabar con la norma decretada por el capitán jefe de la compañía, José Miguel Rodríguez, quien en una circular interna emitida el 31 de julio anunciaba la prohibición de los "juegos y permanencia de menores y jóvenes en el interior de los patios, jardines, estacionamientos, portales y escaleras del acuartelamiento". El capitán advertía de apercibimientos para los progenitores de quienes incumplieran la norma, e incluso sostenía en su escrito que propondría el desalojo de quienes violaran la orden reiteradamente.

La decisión respondía a la serie de "actos vandálicos incontrolados" que, según el capitán, se producen en el acuartelamiento. Entre ellos, Rodríguez aludía a manchar de tierra los portales, arañar los paneles interiores del ascensor o tirar papeles por el suelo. Tras las quejas de los padres, el capitán rectificó y los niños pueden volver a jugar en las zonas comunes.

Esta orden recibió las críticas de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). "Mientras que en cualquier otra comunidad de vecinos se habría aplicado la ley de propiedad horizontal, a nosotros se nos obliga a acatar órdenes", dijo Domingo González, portavoz de la AUGC en Cádiz.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de agosto de 2006