"Salta a la vista, Lamela es un fascista" y "Este consejero es un embustero" fueron algunas de las consignas más coreadas por el centenar de trabajadores del hospital Severo Ochoa de Leganés que se concentraron ayer a la entrada del centro. Llevan reuniéndose allí todos los miércoles desde que el año pasado surgió el conflicto de las supuestas sedaciones irregulares, pero ayer lo hicieron con más rabia: la destitución de cinco responsables del hospital que defendieron la presunción de inocencia de sus compañeros ha caldeado los ánimos. Tras 30 minutos de protesta, los hombres y mujeres rompieron en un aplauso. Los gritos pidiendo la dimisión del consejero de Sanidad, Manuel Lamela, fueron unánimes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de agosto de 2006