Cuando era joven y soñaba con la llegada de la democracia pensaba en buenos políticos, esos que saben hablar y saben escuchar, que tienen ideas claras y saben exponerlas: si estás de acuerdo los votas, y si no, votas a los otros.
Leyendo el artículo de Joaquín Calomarde, un diputado del PP, titulado Un sectarismo que acabará matándonos [publicado el 26 de agosto], recordé mis sueños de joven y cierta esperanza. Estoy segura de que tanto en la izquierda como en la derecha tenemos políticos que están de acuerdo con dicho artículo y quieren ponerlo en práctica.
Me atrevo a decir que somos muchos los ciudadanos que estamos esperando escuchar lo que dicen los políticos sin insultarse; por favor, pónganlo en práctica que lo necesitamos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de agosto de 2006