Andrés Manuel López Obrador dio por terminado el proceso electoral mexicano, después de que "el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decidió convalidar el fraude... y respaldar a los delincuentes que nos robaron la elección presidencial". Obrador se colocó como líder de un movimiento que pretende crear un gobierno paralelo que no reconozca a su rival electoral, Felipe Calderón, si es declarado presidente de México.
Los magistrados resolvieron el lunes las impugnaciones presentadas y, tras anular decenas de mesas electorales, determinaron que no hubo fraude y que Calderón sumó 15.284.000 votos por 14.756.350 de López Obrador. La ventaja del conservador es del 0,58%, 243. 934 sufragios. Sobre estas cifras, el candidato izquierdista dijo: "Los siete magistrados del supuesto tribunal electoral asumieron una actitud cómplice", ya que se considera ganador de los comicios a Calderón.
En una asamblea popular informativa celebrada en la plaza del Zócalo -donde se ha hecho fuerte al frente de una acampada gigantesca, que ocupa varios kilómetros de paseo de la Reforma y del centro histórico de la capital desde el 30 de julio-, acusó a los magistrados de asumir "una decisión política, y no jurídica, que representa no sólo una vergüenza en la historia del país, sino una violación al orden constitucional y un verdadero golpe de Estado".
López Obrador propuso a sus seguidores desconocer el cómputo oficial, condenar la usurpación y rechazar a Calderón como presidente, al tiempo que una Convención Nacional Democrática -que convocó para el 16 de septiembre- decida "si se constituye un gobierno de la República" y si se elige "presidente legítimo", que trabajará "en tanto dure la usurpación". El futuro mandatario de México debe tomar posesión el 1 de diciembre para un periodo de seis años.
José Buendía, director de la Fundación Prensa y Democracia, comentó: "Al convocar una convención nacional democrática, que le nombre 'presidente legítimo', López Obrador manifiesta su aspiración de convertirse en un líder o luchador popular que se presente como quien va a purificar las instituciones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de agosto de 2006