La voz que tuvo Pablo Neruda (Chile, 1904-1973), sobre apenas tres versos escritos con el ritmo y el aire del mar, quedó ensalzada por el escritor mexicano Carlos Fuentes (Panamá, 1928). En instante fulgurante, en una sobremesa privada en Mallorca, Fuentes detalló la personalidad y el rango literario del poeta de la Isla Negra y, de improviso, emuló la entonación y la cadencia (la caracola marítima) del que fue su amigo y animador de jóvenes escritores hispanos y latinoamericanos.
Carlos Fuentes, con su esposa la periodista Silvia Lemus, descansa otra vez, en estos días de finales de agosto, en Mallorca, antes de emprender con el estreno editorial de septiembre la presentación en España de su nueva novela, Todas las familias felices (Alfaguara). La obra desnuda vidas, secretos y dramas familiares e históricos de la sociedad mexicana. Es un libro de "narrativa coral", dice el autor, un damero de 16 episodios independientes. El narrador, premio Cervantes, autor de Terra nostra y de Los años con Laura Díaz, lee ahora con fruición y complicidad, en sus refugios mallorquines de Es Canyar y Formentor, los ensayos literarios del desaparecido Edward W. Said. Fuentes escribe diariamente, a mano, para sentir el placer erótico de la escritura, y atiende con inquietud el derrotero poselectoral de su país, los fuegos de Oriente Próximo... mientras ve avanzar el otoño del patriarca de Cuba. Con enorme preocupación y dureza comenta la política de George W. Bush. El novelista mexicano efectuará en las próximas semanas una intervención pública en Barcelona, atendiendo a un encargo que le efectuó el presidente de la Generalitat Pasqual Maragall.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de agosto de 2006