Adiós a los tratamientos químicos, a los abonos artificiales, a los pesticidas agresivos e indiscriminados; bienvenidos los insectos que destruyen las plagas, la materia orgánica que nutre sin abrasar, la viña sana y cuidada. Una moda recorre las principales zonas vitivinícolas del mundo: el vino ecológico, la reconciliación de la cepa con el medio ambiente. Ya no resulta extraño exigir el marchamo de ecológico a la hora de elegir un buen vino. Y la viticultura eco-biológica está demostrando que es una de las condiciones necesarias para obtener grandes vinos de terruño, obras irrepetibles de la enología consciente y consecuente.
En España, los primeros intentos se realizaron en los pasados años ochenta, como el fallido de Mantel Blanco en Rueda. Luego vino la militante actividad de Josep Maria Albet i Noya, emprendedor viticultor del Penedés. Con él y tras él han surgido una pléyade de jóvenes viticultores y bodegueros cuyo amor por la naturaleza les ha llevado a desarrollar una viticultura que respeta los ciclos naturales de la vid y abomina de los tratamientos químicos. La limpieza y mimo del cultivo se corresponde con pulcras elaboraciones que permiten obtener aromas fuera de lo común: flores, frutos y especias son la marca de la casa. La viticultura ecológica ha llegado hasta tierras de gran tradición como Rioja, Ribera del Duero, La Mancha, Canarias, Extremadura... Ninguno olvida que durante siglos la viticultura ha sido por naturaleza necesariamente ecológica.
RUIZ VILLANUEVA 2005
Bruno Ruiz. Quero
(Toledo). 914 67 56 38.
Tipo: blanco, 12,5%.
Cepas: chardonnay, airén
y moscatel. DO: Vinos de
Castilla-La Mancha.
5 euros. Puntuación: 8,6/10.
Aroma, frescura y cuerpo. En nariz, limpio e intenso en un abanico frutal muy sugerente. La boca, presencia, frescor y un paso ágil pero persistente.
QUBÉL NATURE C. 2003
Gosálbez Orti. Pozuelo del
Rey (Madrid). 918 72 53 99.
Tipo: tinto crianza, 14,%.
Cepas: cabernet sauvignon
y tempranillo. DO: Vinos
de Madrid. 19,72 euros.
Puntuación: 8,7/10.
Atractivo perfil aromático de fruta madura y madera nueva y especiada; especias, balsámicos y frutillos silvestres. Carnoso, goloso y consistente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de septiembre de 2006