La regularización llevada a cabo por el Gobierno socialista ha supuesto, efectivamente, un efecto llamada, pero una llamada al crecimiento económico, al aumento de personas que cotizan a la Hacienda pública y al aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, que ha triplicado el Fondo de Reserva.
¿Pero todo ha aumentado gracias al efecto llamada? Sería injusta tal afirmación, ha bajado la economía sumergida, ha bajado el empleo marginal y ha bajado, evidentemente, la injusticia que todo esto provoca.
Todo esto provoca otro tipo de llamada, la llamada a desconfiar de quienes afirman que aquello que está escondido no existe y por lo tanto vivimos en un mundo maravilloso en el que todo "va bien".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de septiembre de 2006